Tuesday, July 26, 2011

Primeras impresiones.

  
Saludé a mis padres como si los hubiese visto ayer. Siempre me digo que pasaré horas hablando pero lo que tiene que decirse merita encuentros breves sin jactancia de plática. A mi madre le basta mirarme para saber de mi vida y lo banal no merece espacio. Unos minutos en mi haber para contar lo de última hora y el resto sale mientras nos tiramos en su cama a escuchar el concierto de piano de Rachmaninoff, ese se las arregla para arrancarnos confesiones que me deleitan al saberme heredera de su espíritu. Sus ojos de 70 años brillan cuando me habla como fémina y traslucen la pasión que no la abandona y que se transmite de una generación a la otra. Y con la misma intensidad me da las lecciones de maternidad que tanto he echado en falta durante estos largos ocho años. En  pocas palabras describe el mundo interior de mi hija y yo me asombro que lo que me ha tomado años entender  ella lo desglose con una brevedad auténtica, sin necesidad de epítetos.

Afuera juega mi hija con un abuelo que no da para tanto correteo pero disfruta mi infancia nuevamente en la figura de su nieta. Me conmueve ver a este hombre sabio  alfabetizar en las artes de retozo infantil. Al cansarse se sienta y le lee como mismo hacía en mi niñez regodeándose del bichito de la lectura copiosamente diseminado en esta familia; o le inventa lecciones de geografía y la lleva a una América precolombina y a un lejano Oriente.

Sucesión de días que dejan  sabor a perpetuación en mi boca. Imágenes que se repiten cuando la nostalgia me invade sin recato y saboreo la mezcla de mis padres en mi sangre, esa fusión de espíritu e intelecto que me nutre al hacer camino.

Saturday, July 23, 2011

El alumbramiento.

        No sé cómo se las arreglan las mujeres en las películas para romper fuente y tener dolores  que prácticamente no las dejan llegar al hospital porque ya asoma la cabeza de la criatura. Yo desperté a las 8 de la mañana mojada y me recriminé que la opresión de la barriga no me dejase llegar al baño, pero como tenía sueño me duché, cambié las sábanas y me acosté a dormir nuevamente. Ahí fue cuando vino el segundo chorro y me dí cuenta que era otra cosa.  Así que llamé y dije” Viene llegando”. La pobre niña que estaba en la casa conmigo se quedó lela y se sentó en un sofa a esperar por mí .No sentía dolor ninguno, así que me preparé desayuno porque la comida para mí es un tema muy serio aunque yo no lo sea para ella. En los treinta y madre, aún no llego a las 120 libras. Me llené la panza, me saqué los anillos, el esmalte de  uñas y estaba  lista para ir al hospital. Aquella pobre  chica conducía y lo único que me repetía era que le avisara si tenía que parar y llamar al “rescue” Yo estaba campante, le sonreía  a todos al llegar a admisión y tenía que hacerles la historia de que no tenía hoja clínica y no me había tratado ningún ginecólogo porque hacía dos semanas había cruzado la frontera.
Al rato vino el que atendería mi parto y entre reconocimientos y estrenando mi inglés, le conté nuevamente mi historia. Me preguntó que si quería un “epidural” esas inyecciones mágicas que  disimulan el dolor, pero yo quería estar alerta y si mis abuelas y  mi madre dieron a luz sin la “bendita” inyección por qué habría de “rajarme” yo.  Pasaron las horas y nada que dilataba, ya me estaba impacientando, menos mal que desayuné fuerte porque ni agua, sólo hielo seco para la refrescar la boca. Mi hermano me hacía chistes y yo a carcajada limpia en el hospital hasta que vino la primera punzada que me recordó los famosos dolores de parto. A partir de ese momento y cada vez más frecuentes se sucedieron unos espasmos que anunciaban finalmente el momento de la llegada. Aquel hombre ni se portaba a recibir a mi hija y yo que lo único que repetía era que quería parir. Un pujo, dos pujos, tres pujos y sentí que se me iba la vida hasta que escuché un llanto que me trajo de vuelta. Ahí estaba. Casi no pude disfrutarla porque se la llevaron  a hacerle todas esas pruebas que ordenan los neonatólogos. .
 Pasaron como dos horas que estuve sola en mi habitación hasta que me trajeron a mi compañera de vida. Llegó dormida, yo que quería hablarle y la enfermera insistiendo que la despertara para que le diese el pecho. Al fin se marchó y nos dejó en paz.  La cargué y empecé a llorar preguntándome qué hacer con ese "trocito de humanidad". Por dónde se empieza a ser madre? No me dejó mucho tiempo para pensar porque su llanto me sacó de mi ensimismamiento. Hacía quince días había llegado a este país dejando atrás todo lo conocido y los más cercanos a mi vida, mi madre que debía orientarme a la hora del parto y después. Había llegado cruzando una frontera sólo aferrada a un vientre que guardaba celosamente a quien sería mi única compañía en los meses por venir. La pegué a mi pecho, ella sabía y yo también supe porque en su succión mi hija extrajo la primera lección de mi maternidad.Las siguientes, llegarían igualmente de su mano.

Saturday, July 16, 2011

Palabras.

Volvimos a las palabras. Nuestras palabras están cargadas de varias cosas. Tienen un componente sexual increíble, lleno de hormonas casi de adolescentes....

 Nuestras palabras llevan un susurro de amor en cada sonido. Son suspiros de esos que se lanzaban los amores virginales frente a las rejas de las ventanas.

Y nuestras palabras tienen un gran contenido, tienen, como se diría en ciencias, un peso específico propio. Casi no hay palabras en vano cuando hablamos, casi no hay trivialidades. Si es verdad que de vez en cuando hay una que otra exageración, pero siempre es entendida dentro del contexto en el cual fue dicha.

Me haces sonreír, llorar, me excitas cuando hablas, cuando escribes.... sobre todo cuando escribes y usas tus palabras para dar carácter y fuerza al significado...Te regalo el metalenguaje de mis labios, que se entreabren, se arrugan, se mojan, se secan, se ensanchan y hasta se quedan temblando cuando  te hablo...

Thursday, July 7, 2011

La ciudad y tú.

  El verdor abundante de la ciudad oculta un poco las extrañas emociones que dejan los humanos en su quehacer diario. Los rayos de sol filtrándose entre las ramas y el color de todo el conjunto entra en juego según el sentimiento con que este uno mirando la ciudad. Este viaje la ciudad y yo nos envolvimos en un sentimiento nuevo. Mientras escuchaba hablar de tantas cosas que por estos lados se habla, te escuchaba, así como hablas todo apasionado cuando el tema te enamora. Mientras miraba y me internaba en los rincones de ayer y descubría los nuevos te sentía a mi lado. No te imaginas como fue verte entrar a ese mundo mío de ayer, mundo que por años fue un sueño mágico en el que ahora tú ocupas un espacio inmenso, verte claramente en mí  mucho antes de yo saberlo.

Sunday, July 3, 2011

Sin rodeos.

Con este hombre no hay que disimular. Le hago el amor cuando le escribo cartas, poemas de amor para un extraño sin rostro, esos largos momentos en que aflora la nostalgia de lo que se puede ver pero es intangible.
 Esos cortos momentos que me regala son para el sexo sucio. El sabe lo que quiere y lo que yo quiero así que para que andar dándole vueltas al asunto. El amor se reduce al uso de zonas del cuerpo, dedos que penetran, lenguas que lamen, movimientos monumentales. Es beberme su cerebro mientras succiono su falo.

Saturday, July 2, 2011

Escribo la noche en tus versos,
poema que empezaste y yo termino.
Poco importa el comienzo o el fin
el poema es el proceso mismo.
Tu poema guiando los dedos en mi sexo,
pájaros que cantan en mi patio
el mar que respiro y baña mis pies,
verde que arropa de  orgasmo  mis ojos.
El poema son las líneas que escribo para espantar la soledad,
líneas que esporádicamente soplan la nostalgia del café.