Peor fue despertar esa mañana y sentirme sin fuerzas. Abrir el grifo y ver el agua arrastrar mis sueños sin saber dónde irían a parar. Desconocer el ciclo y ver mi mundo bañar las alcantarillas de la ciudad. Sentí ganas de irme a ver el mar y caminar de la mano de Alfonsina hasta recoger los pedazos de mí que fueron a parar allí. Me adivinas y me ordenas que te llame, nada de peticiones sutiles las tuyas-"Llámame". Otra vez la voz que me hace perder el sentido de lo que es permisible y doblega mis instintos autodestructivos. Cambia mi suerte y decido irme a trabajar. Estaciono el auto y me saco los zapatos para pisar la yerba, matutina, fresca, como recién venida al mundo. Siento lo mismo que sentí al conocerte: una verdad conocida y recién descubierta. El que olvidas eres tú, yo recuerdo. Recuerdo que nunca me sorprendió nada de lo que decías porque eras el cuento que sabía de memoria , pero pedía que me volviesen a contar antes de dormir. Eras la leyenda a ser transmitida y cada orador aportaba algo nuevo para que llegases a mí. Camino descalza y recojo flores, las pongo en mi cabello hasta llenarlo y al llegar a mi buró lo sacudo hasta cubrirlo de diminutos soles amarillos. Allí están tus fotos y siento que comienza a fluir la energía y que he hecho homeostasis. Parecería que sufro mucho, pero es mi mecanismo de limpieza para volver a empezar. Me envías una foto frente el mar. ¿Te hablé de eso? No creo. De alguna forma allí te fuiste y te dejo en silencio para que comulgues con ese cacho de naturaleza que soy yo. Ese mar primario y a veces ignorado hasta que un tiempo hosco nos recuerda que necesitamos una bocanada vital. Al final de la tarde paso casualmente por " el lugarcito" como te gusta llamarlo. Le tomo una foto a la puerta del super donde me esperaste aquella mañana que nos vimos por primera vez. Lo nuestro no podía ser a luz de velas y violines, pero nada me pareció más adorable que te dijese que iba por leche y vegetales y te me aparecieras a la salida del local. Ahí estabas, yo llegaba de una largo viaje y tú eras mi amor de siempre.

"Eras el cuento que sabía de memoria antes de dormir, pero pedía que me volviesen a contar." Esas frases que sacas de quien sabe donde dicen exactamente lo que siempre he querido decir. Bello! Un abrozote
ReplyDeleteNi yo sé, hay un ángel que me susurra cosas al oído y luego desaparece.
ReplyDeleteUn beso de sol.
adorable
ReplyDeleteGracias, anónimo...
Deletemuy bueno , como siempre nos acostumbras
ReplyDeleteAgradecida :-)
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